
Telefónica está ejecutando una retirada estratégica de la mayoría de los mercados de Hispanoamérica para centrarse en sus cuatro geografías principales y reducir su deuda. Aunque esta política ha implicado pérdidas contables a corto plazo, la empresa ya ha cerrado ventas clave como la de su filial en Uruguay a Millicom y continúa avanzando en la reconfiguración de su portafolio global.










