
El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, bajo la justificación de una operación antinarcóticos, representa una escalada significativa en la confrontación con el gobierno de Nicolás Maduro. La combinación de presión militar, acusaciones de narcoterrorismo y una recompensa millonaria ha puesto a la región en alerta máxima, generando una respuesta desafiante de Caracas y la preocupación de otras naciones latinoamericanas ante el riesgo de un conflicto abierto.










