
La destitución de Lisa Cook por parte de Donald Trump, basada en acusaciones de fraude hipotecario, representa un desafío directo a la autonomía de la Reserva Federal. La negativa de Cook a renunciar anticipa una batalla legal sobre los límites del poder presidencial. Esta acción, que permitiría a Trump aumentar su influencia en la junta de gobernadores, ha generado incertidumbre económica y cuestionamientos sobre la independencia monetaria de Estados Unidos.










