
La caída del dólar en Colombia es un fenómeno multifactorial impulsado por la debilidad global de la divisa y políticas monetarias y fiscales locales. Mientras beneficia a importadores y reduce la presión inflacionaria, las proyecciones de los analistas para el cierre de año son variadas, oscilando entre $3.750 y más de $4.100, lo que sugiere que la volatilidad podría continuar.









