
La identificación de ocho nuevos genes en el mayor estudio de exoma sobre la esquizofrenia representa un avance significativo en la comprensión de sus bases biológicas.
Este descubrimiento no solo amplía el mapa genético del trastorno, sino que también establece conexiones con otras condiciones del neurodesarrollo y abre nuevas vías para el desarrollo de terapias personalizadas.