Intensificación de operaciones militares en Cauca
En medio de una creciente militarización del departamento del Cauca, el Ejército Nacional de Colombia ha intensificado sus operativos contra las disidencias de las FARC, particularmente en los corregimientos de Huisitó y San Juan de Micay, en el municipio de El Tambo. Aunque el gobierno nacional insiste en que estas operaciones buscan “garantizar la gobernabilidad y el desarrollo del territorio”, organizaciones sociales y líderes comunitarios alertan sobre los riesgos que estas acciones representan para las comunidades locales. La operación —enmarcada en la estrategia conocida como Perseo II— moviliza a más de 300 efectivos de las Fuerzas Militares, apoyados por helicópteros Black Hawk, vehículos blindados y drones de vigilancia. El objetivo declarado es neutralizar a la estructura Carlos Patiño, uno de los grupos armados que opera en la región. Sin embargo, sectores de derechos humanos cuestionan que la intervención armada se haga sin la debida consulta con las comunidades ni con planes integrales de paz territorial. “El Estado llega con fuerza militar, pero no con salud, educación ni inversión social. Esta lógica de guerra perpetúa el conflicto en vez de resolverlo”, declaró una lideresa social del Cauca, que pidió no ser identificada por seguridad. La región del Cauca es una de las más afectadas por la violencia estructural, el abandono institucional y la disputa territorial entre actores armados. Las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes han exigido desde hace años una presencia estatal que priorice la vida digna, el diálogo y la justicia social, en lugar de respuestas exclusivamente militares.