
La orden del presidente Petro de suspender la cooperación en inteligencia con Estados Unidos marca un punto de inflexión en la relación bilateral, generando un profundo debate nacional sobre la soberanía y las estrategias de seguridad. La medida, justificada en la defensa de los derechos humanos frente a los operativos estadounidenses en el Caribe, podría debilitar la lucha contra el narcotráfico y aumentar las tensiones diplomáticas con un aliado histórico.











