
El hijo es el que muere y uno es el que queda convertido en fantasma. Manifiesto al duelo por un hijo: Lo innombrable
El duelo por la muerte de un hijo no se escribe: se encarna. Es un tajo abierto en la médula del ser. No lágrimas ni consuelos: un vacío que desgarra las entrañas y derrumba hasta a los dioses. The post El hijo es el que muere y uno es el que queda convertido en fantasma. Manifiesto al duelo por un hijo: Lo innombrable first appeared on El Quinto.