
La razón: la cancelación de la visa a Estados Unidos al presidente Gustavo Petro, lo que representa una 'línea roja' en las relaciones diplomáticas entre los dos países que pueden tener consecuencias graves, principalmente en los aspectos comerciales, turísticos y en la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, que aún están vigentes, pese a la descertificación a Colombia por parte del Gobierno norteamericano. El presidente Donald Trump le cobró a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, negándole la entrada al país como consecuencia no solo de la arremetida del jefe de Estado colombiano con las declaraciones que dio en la Asamblea de la ONU, sino en la manifestación callejera en defensa del pueblo palestino donde, con megáfono en mano, instó a soldados estadounidenses a desobedecer órdenes contra acciones bélicas en la Franja de Gaza, a las que calificó como crímenes de guerra. La medida contra el presidente Petro es un campanazo y advertencia desde el campo político y diplomático porque alerta las relaciones y los mecanismos de cooperación ya que el gobierno estadounidense no va a seguir permitiendo que otro jefe de Estado interfiera en sus decisiones políticas, menos aún, incitando a la rebeldía de las fuerzas legitimas que defienden la soberanía, la seguridad y democracia de Estados Unidos. Si el presidente Petro quiso aumentar su liderazgo a nivel internacional, no tenía la necesidad de expresar lo que dijo en las calles neoyorkinas, suficiente con lo que dijo en el seno de la ONU. Ganar adeptos a nivel internacional pudo haber sido la intención del presidente Petro, pero esa circunstancia, a nivel interno, fue indirectamente proporcional al foro y desarrollo de la política nacional. Generó aumento de la polarización en pleno calentamiento para las campañas políticas tras las elecciones de Congreso y presidenciales del 2026. “¡Por fin lo logró el presidente Petro! Ya no tiene visa en los Estados Unidos. Ahora renuncie a la presidencia y dedíquese a liderar la tercera guerra mundial contra Trump y sus amigos. Seguramente el planeta se estremecerá con su valentía. No fue capaz de pensar en la responsabilidad que tiene con Colombia ni en proteger los intereses de nuestro país”, señaló en redes el precandidato presidencial Sergio Fajardo. Entre tanto el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, afirmó: “Petro ha hecho todo por destruir la relación de Colombia con Estados Unidos. Ha sido una estrategia premeditada de provocación. Yo lo evidencié en nuestra agenda en Washington”. Sin embargo, uno de los primeros funcionarios del gobierno que salió a defender y apoyar al jefe de Estado fue su secretario jurídico, Augusto Ocampo, quien afirmó que renunciaba de manera de voluntaria a su visa a Estados Unidos: “Lo hago en solidaridad y porque estoy convencido de que la dignidad de Colombia está por encima de cualquier privilegio personal”. El ministro del Interior, Armando Benedetti, también salió al ruedo en defensa de su jefe: “Al único que tenían que quitarle la visa era a Netanyahu y ya por unanimidad se la quitó la ONU hoy como ciudadano indigno del mundo. Pero como el imperio lo protege, la coge con el único presidente que fue capaz de decirle la verdad en su cara”. Lo cierto es que en medio de apoyos y críticas a la cancelación de la visa por parte de Estados Unidos al presidente Petro, como se demuestra en las redes sociales, la tensión política al interior del país se está polarizando más y le está dando fuerzas a liderazgos que están rechazando las extremas y plantean opciones de centro, progresistas. Lo de la negación de la visa contra el presidente Petro ha sido un hecho noticioso que le ha dado la vuelta al mundo, segundo caso en el país. En 1996, el presidente Bill Clinton le quitó la visa al presidente Ernesto Samper, esa vez por el histórico proceso 8000, pero nada pasó más allá del escándalo. Pues esas decisiones diplomáticas se respetan, Colombia lo ha demostrado y no desvanece en defensa de las libertades y en su desarrollo institucional. Lo que suceda de aquí en adelante entre las relaciones de los dos países, debe llamar la atención para aplicar el respeto al Derecho Internacional, la soberanía de las naciones y la de utilizar las relaciones diplomáticas, jerarquía del diálogo, para superar épocas de crisis. Bogotá, D. C, 28 de septiembre 2025 Redacción Ecos Internacional.