
La orden del presidente Trump de cesar todo contacto diplomático con el gobierno de Nicolás Maduro marca un punto de inflexión en la relación bilateral. Esta decisión, que pone fin a los canales de diálogo que gestionaba el enviado Richard Grenell, es vista como un preámbulo a una posible escalada militar, en un contexto de frustración por la negativa de Maduro a dejar el poder.