
El despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, aunque oficialmente es una misión antinarcóticos, es percibido como una contundente táctica de presión contra el gobierno de Maduro. Esta acción ha creado una profunda incertidumbre regional y ha avivado el temor a una posible escalada militar, si bien los analistas debaten si el objetivo final es una intervención directa o una estrategia de coerción para forzar un cambio político.