
El ataque en Amalfi representa una significativa escalada en la violencia, destacando las fallas en las estrategias de seguridad actuales y el avance tecnológico de los grupos armados. El evento ha desatado una crisis política, un clamor por justicia y ha puesto el foco nuevamente en la compleja situación de seguridad que se vive en las zonas rurales de Antioquia.