
La marcha pro-Palestina en Medellín derivó en violencia, daños a la propiedad y un agudo choque político entre el alcalde Federico Gutiérrez y el presidente Gustavo Petro. Los hechos han motivado la apertura de investigaciones por parte de la Personería y la Defensoría del Pueblo sobre la actuación de los funcionarios municipales, evidenciando una profunda división en la gestión del orden público.











