
El vendaval del 25 de agosto expuso nuevamente la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica de Ibagué, generando graves afectaciones en la vida cotidiana y la economía local. La falta de respuesta de la empresa Celsia intensificó el descontento ciudadano, lo que ha derivado en un llamado urgente para que se realicen inversiones estructurales y se establezcan planes de contingencia eficientes que eviten la repetición de estos colapsos ante eventos climáticos.