
La designación de los coroneles Ojeda y Bernal representa una apuesta estratégica para contener la ola de violencia en Cúcuta y la región del Catatumbo. Sus perfiles y declaraciones iniciales apuntan a un enfoque dual: proximidad ciudadana en el ámbito urbano y operaciones de alto impacto en las zonas rurales, en un contexto de alta complejidad y expectativas por parte de la población.