
Cúcuta se enfrenta a una doble crisis: un aumento récord de homicidios impulsado por nuevas dinámicas criminales y un sistema judicial colapsado por la sobrecarga y la alta impunidad. A pesar de los refuerzos policiales anunciados, los problemas estructurales de la justicia representan un desafío mayúsculo para restaurar la seguridad y la confianza ciudadana.





