
La anulación de la elección del alcalde Beltrán por doble militancia marca un cambio significativo en el rumbo político de Bucaramanga. La ciudad se enfrenta a un periodo de transición con un alcalde encargado y la convocatoria de elecciones atípicas antes de finalizar 2025, lo que subraya las severas consecuencias de las infracciones electorales y genera interrogantes sobre la continuidad administrativa.