
Eventos recientes en Antioquia, incluyendo envenenamientos selectivos en El Santuario y ataques violentos contra perros en El Peñol, revelan un alarmante aumento de la crueldad animal.
Las denuncias ciudadanas han sido cruciales para dar visibilidad a estos actos, que ponen de manifiesto la necesidad de respuestas oficiales más contundentes y sanciones efectivas.
El contraste con rescates exitosos evidencia una sociedad dividida entre la violencia extrema y la acción compasiva hacia los animales.