
La filtración de un video privado de Isabella Ladera y Beéle se convirtió en un escándalo de gran magnitud.
Ladera acusó públicamente a Beéle y anunció acciones legales, mientras que el equipo del cantante negó su implicación y también amenazó con demandas.
El evento subrayó las graves repercusiones de la violencia digital y el marco legal existente para sancionarla.