
La entrada de Tesla a Colombia con precios agresivos para sus modelos Model 3 y Y desafía directamente a los fabricantes de automóviles tradicionales. Su modelo de venta directa, junto con los planes para una red de supercargadores en Bogotá y Medellín, marca una disrupción significativa tanto en el mercado de vehículos eléctricos como en el convencional, con las primeras entregas previstas para principios de 2026.










