
El caso UNGRD revela una compleja red de presunta corrupción para la compra de favores políticos a través de contratos públicos. Las confesiones de exdirectivos implican a exministros y congresistas, mientras surgen denuncias de sobornos, amenazas y desaparición de pruebas, lo que agudiza la crisis institucional y pone a prueba la capacidad de la justicia para esclarecer uno de los mayores escándalos del gobierno actual.










