
Tras una intensa movilización estudiantil, el gobernador de Antioquia retiró el proyecto que eliminaba las estampillas de financiación para dos universidades públicas. Aunque la administración defendió su propuesta como una vía para dar estabilidad presupuestal, la comunidad académica la percibió como una amenaza a la autonomía y logró que se mantuviera el modelo de financiación actual.