Beéle fue reconocido como víctima de violencia intrafamiliar por la justicia colombiana

El cantante colombiano Brandon de Jesús López Orozco, conocido artísticamente como Beéle, fue reconocido legalmente como víctima de violencia intrafamiliar por parte de su expareja, Camila Andrea Rodríguez Ascanio. La decisión fue emitida por la Comisaría de Familia de la Comuna 16 de Medellín, tras un proceso administrativo que concluyó declarando a Rodríguez Ascanio como responsable de los hechos. Según los fallos, se demostró que el artista sufrió un patrón sostenido de abuso emocional, psicológico, económico y físico. Las pruebas documentales y psicológicas presentadas en el expediente detallaron al menos tres agresiones físicas cometidas por Rodríguez, además de un claro patrón de manipulación emocional, control financiero, coerción religiosa y abuso verbal.

En contraste, la Comisaría determinó que no existían elementos probatorios suficientes para respaldar las denuncias que inicialmente había presentado Camila Rodríguez en contra del cantante.

Como resultado de la decisión, la justicia impuso medidas de protección definitivas a favor de Beéle para garantizar sus derechos fundamentales a la integridad, buen nombre, intimidad y seguridad personal.

A Camila Rodríguez se le prohibió realizar declaraciones públicas o difundir material fotográfico o audiovisual que involucre al artista.

Además, se le ordenó someterse a un proceso terapéutico psicológico para adquirir herramientas en la resolución de conflictos, manejo de impulsos y control de emociones. El fallo también establece que se debe garantizar la comunicación directa y sin interferencias de Beéle con los dos hijos que tiene en común con Rodríguez. La defensa del artista, a cargo del abogado Víctor Mosquera Marín, calificó la decisión como un paso firme en la lucha contra la violencia intrafamiliar, reafirmando el deber del Estado de proteger a todas las víctimas. Este caso ha generado un debate público sobre la violencia en el ámbito familiar, visibilizando que puede afectar a cualquier persona, sin distinción de género.