Muerte de Indira en el zoológico de Cali

Indira, una tigresa de Bengala blanca de 21 años y uno de los animales más queridos del Zoológico de Cali, falleció tras ser atacada por su hijo, Kanú, en el recinto que compartían. El incidente, descrito como un violento enfrentamiento territorial, conmocionó tanto al personal del zoológico como a los visitantes que presenciaron el suceso. Tras la agresión, el equipo del zoológico activó de inmediato su protocolo de emergencia, conocido como «código 99 de Violeta». Lograron separar a Kanú de forma segura utilizando ruido, extintores y técnicas de entrenamiento de «recall».

Posteriormente, Indira fue sedada para una evaluación veterinaria.

Las heridas, aunque graves, se concentraban principalmente en su dorso y no en zonas vitales como la garganta, lo que inicialmente generó optimismo en el equipo. A pesar de que la tigresa se mantuvo estable durante el procedimiento e incluso comenzó a recuperar la conciencia, sufrió un paro cardiorrespiratorio súbito.

Los esfuerzos de reanimación, que incluyeron masajes cardíacos y medicamentos, fueron intensivos pero no lograron salvarla.

La necropsia preliminar reveló que la causa probable de la muerte fue una insuficiencia renal aguda, desencadenada por el estrés extremo, la pérdida de sangre y el shock del ataque.

Su avanzada edad y una condición renal preexistente fueron factores determinantes en el fatal desenlace.

Indira había vivido en el zoológico por más de dos décadas, convirtiéndose en un símbolo de conservación para la ciudad. La institución lamentó profundamente su partida, pero recordó que estos eventos se enmarcan en los riesgos del comportamiento natural e instintivo de los grandes felinos, incluso bajo cuidado profesional. Su legado de educación ambiental perdurará en la memoria de la comunidad.