Europa está «dispuesta a colaborar» para el encuentro Trump, Selenski y Putin

La cumbre entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, celebrada el 15 de agosto en la Base Aérea Elmendorf-Richardson en Alaska, finalizó sin un acuerdo de paz concreto para Ucrania.

A pesar de ser calificada como “constructiva” y “productiva” por ambos mandatarios, no se anunció un alto al fuego.

Sin embargo, los líderes acordaron continuar el diálogo, con Putin sugiriendo que el próximo encuentro podría ser en Moscú. Durante la reunión, Putin propuso un plan para detener la guerra que implica que Ucrania ceda el control total de las regiones de Donetsk y Lugansk, que conforman el Donbás, y se congele la línea del frente en las regiones de Jersón y Zaporiyia, parcialmente ocupadas por Rusia.

Según fuentes anónimas citadas por medios como AFP y The New York Times, el presidente Trump se mostró inclinado a apoyar esta propuesta y la transmitió al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y a líderes europeos.

La reacción internacional fue cautelosa.

El presidente Zelenski rechazó cualquier concesión territorial, argumentando que la Constitución de Ucrania se lo impide. No obstante, anunció que viajará a Washington el lunes 18 de agosto para reunirse con Trump y discutir los detalles de un posible acuerdo de paz.

Zelenski también respaldó la idea de una cumbre trilateral (EE.

UU.–Rusia–Ucrania) con participación europea para abordar garantías de seguridad.

Por su parte, los líderes de la Unión Europea reafirmaron su apoyo a Ucrania, rechazaron cualquier veto ruso a la adhesión del país a la UE o la OTAN y se mostraron dispuestos a colaborar en un futuro encuentro a tres bandas.