Alianza en la Tormenta: El Respaldo Limitado de Putin a Maduro Frente a la Ofensiva de EE. UU.



El presidente de Rusia, Vladímir Putin, contactó telefónicamente a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, para expresarle su total respaldo frente a la “creciente presión externa”. Durante la llamada, Putin reafirmó que continuará apoyando a Venezuela “en su lucha por hacer valer su soberanía, el derecho internacional y la paz en América Latina”. Esta comunicación fue la primera entre ambos líderes desde la entrada en vigor de un tratado de asociación estratégica firmado en noviembre de 2025, que busca fortalecer la cooperación bilateral. La conversación se produjo en un contexto de máxima tensión en el Caribe, marcado por la operación militar estadounidense “Lanza del Sur”. Dicha operación, justificada por Washington como una lucha contra el narcotráfico, ha dejado más de 80 muertos, calificados por EE.
UU. como “narcoterroristas”, y ha incluido la incautación de un petrolero venezolano, un duro golpe para la economía del país. La presión se intensificó con las declaraciones de Donald Trump, quien aseguró que “los días de Maduro están contados”. Por su parte, Maduro agradeció la solidaridad rusa y denunció el “intervencionismo ilegal y brutal” de Estados Unidos.
El acuerdo estratégico entre Moscú y Caracas abarca proyectos en los ámbitos comercial, energético, financiero y cultural.
Sin embargo, carece de compromisos militares explícitos.
Una fuente del Ministerio de Defensa ruso admitió que “no hay dinero” para un apoyo militar directo, reflejando las limitaciones económicas de Rusia debido a la guerra en Ucrania. Aunque en el pasado Rusia suministró sistemas antiaéreos a Venezuela, los expertos dudan de su efectividad ante una ofensiva estadounidense. La portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, comparó la política de Washington con el “Corolario de Roosevelt”, que históricamente justificó intervenciones en América Latina. El respaldo de Putin representa un contrapeso diplomático y simbólico para el gobierno de Maduro, pero evidencia la incapacidad de Moscú para ofrecer garantías de seguridad militar. La situación se complica con un informe de la ONU, emitido el mismo día de la llamada, que acusa a la Guardia Nacional Bolivariana de “crímenes de lesa humanidad”. Así, la alianza se mantiene firme en lo político y económico, pero deja a Venezuela en una posición vulnerable frente a la ofensiva de Washington.















