Tensión en el Hemisferio: El Choque Frontal entre Petro y Trump Redefine la Lucha Antidrogas y la Soberanía Regional



El conflicto se intensificó luego de que Trump afirmara que Colombia es una "fábrica de droga" y advirtiera que Petro "será el siguiente" objetivo de su administración, en alusión a las presiones sobre Venezuela. Estas declaraciones se enmarcan en la operación militar "Lanza del Sur" en el Caribe y el Pacífico.
Previamente, Washington retiró la certificación de Colombia como aliado antidrogas e impuso sanciones al mandatario colombiano, a quien Trump ha llegado a calificar como "líder del narcotráfico".
El presidente Gustavo Petro respondió calificando a Trump de estar "profundamente desinformado" y engañado por sus interlocutores. Para contrarrestar las acusaciones, el Gobierno colombiano presentó cifras de su gestión, destacando la incautación de más de 2.700 toneladas de cocaína, la destrucción de un promedio de 17 laboratorios diarios y el crecimiento cero en los cultivos de coca, según mediciones satelitales.
Petro argumentó que estos resultados, que proyecta alcanzarán las 4.000 toneladas incautadas para 2026, representan un récord histórico. Como gesto diplomático, Petro ordenó a la Cancillería enviar una invitación formal a Trump para que visite Colombia y conozca de primera mano las operaciones contra el narcotráfico.
La canciller Rosa Villavicencio confirmó que la carta ya fue enviada. En un análisis más profundo, un artículo sugiere que la ofensiva de Trump no se debe al narcotráfico, sino a la "desobediencia" de Petro al negarse a que Colombia sea el "patio trasero" de Estados Unidos, argumentando que este último país "administra" el negocio de las drogas en lugar de combatirlo. De forma paralela a esta tensión, la Cancillería colombiana abrió la puerta a un eventual asilo político para el presidente venezolano, Nicolás Maduro. La ministra Villavicencio afirmó que, si bien es improbable que Maduro elija Colombia, el país no se negaría a evaluar una solicitud si esta forma parte de una transición pacífica y negociada, enmarcada en el derecho internacional.
Esta postura ha generado un debate sobre sus implicaciones diplomáticas, especialmente en la relación con Estados Unidos.


















