Del Escrutinio Público al Erotismo: La Polémica Defensa de Petro por su Visita a un Club Nocturno

El presidente Gustavo Petro se encuentra en el centro de una controversia que mezcla la política internacional, la transparencia financiera y la vida privada, tras revelarse un gasto en un club de 'striptease' en Lisboa durante un viaje oficial.

En un intento por demostrar su transparencia financiera y refutar las acusaciones de narcotráfico del gobierno de Donald Trump, que llevaron a su inclusión en la llamada “Lista Clinton”, el presidente Gustavo Petro ordenó la publicación de sus movimientos bancarios. Sin embargo, esta acción reveló un gasto de 209.969 pesos (unos 40 euros) en el Ménage Strip Club de Lisboa, Portugal, durante una visita oficial en mayo de 2023. El informe de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) también detallaba compras en tiendas de lujo como Gucci y Prada.

La revelación desató un intenso debate político y social. Lejos de negar el hecho, el presidente Petro respondió a través de la red social X, afirmando que ha aprendido dos cosas en la vida: “a no acostarme con mujer de la que no nazca nada en mi corazón, y a no comprar el sexo cuando aún soy capaz de la seducción y de la poesía”. Defendió que la sexualidad debe combinarse con la cultura, lo que denominó “erotismo”, y prometió que “algún día” contaría por qué realizó dicho gasto. Subrayó que su intención principal era demostrar la “arbitrariedad” cometida por Estados Unidos contra Colombia al descertificar al país en la lucha antidrogas.

Las reacciones fueron diversas.

Sectores de la oposición y periodistas como María Andrea Nieto criticaron lo que consideraron una contradicción en el discurso del mandatario. Organizaciones feministas, como la Red Abolicionista de Medellín, cuestionaron la coherencia de visitar un establecimiento asociado a la explotación sexual mientras en Colombia persisten graves problemas de trata de personas. Por otro lado, algunos de sus seguidores defendieron su derecho a la vida privada, argumentando que el gasto fue menor y no constituye una falta ética o legal. El episodio ha reavivado la discusión sobre los límites entre la vida pública y privada de los funcionarios, el escrutinio ciudadano y la coherencia entre el discurso y la práctica. La controversia se enmarca en un momento de tensiones diplomáticas con Estados Unidos y se suma a otros debates, como el relacionado con la primera dama, Verónica Alcocer, y la revelación del presidente de que están separados “hace años”.