La doble defensa de Petro: entre la transparencia financiera y el drama familiar ante las sanciones de EE. UU.



A raíz de las acusaciones del expresidente estadounidense Donald Trump sobre supuestos vínculos con el narcotráfico, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, su esposa Verónica Alcocer y su hijo fueron incluidos en la 'Lista Clinton' de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Como respuesta directa, Petro ordenó a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) de Colombia hacer públicos sus extractos bancarios desde 2022 hasta junio de 2025, calificando la medida como un acto de transparencia para demostrar una vida financiera "larga, pero frugal". El informe de la UIAF reveló que el mandatario posee 12 cuentas de ahorros, aunque solo dos presentan movimientos relevantes.
Entre estos se detallan pagos de sueldo, abonos a una hipoteca, retiros, compras en euros y pagos en tiendas de lujo, así como desembolsos a terceros.
Si bien el reporte no encontró evidencia de actividad ilegal, analistas señalan que la publicación de sus finanzas podría no convencer a los escépticos, ya que el dinero ilícito usualmente no transita por cuentas oficiales. Además, la exposición de ciertos gastos ha generado un debate sobre la coherencia con su discurso de austeridad, representando un riesgo reputacional y político en vísperas de las elecciones de 2026. Paralelamente, el presidente ha expuesto las consecuencias personales de las sanciones, afirmando que su esposa, Verónica Alcocer, no ha podido regresar a Colombia desde Suecia debido a esta situación. Petro calificó el hecho como una "ignominia" y declaró que las sanciones le impiden a Alcocer realizar transacciones como la compra de tiquetes aéreos.
En un discurso, vinculó su drama familiar con su proyecto político al afirmar: "si un padre no puede reunir a una madre con su hija, siendo mi familia, no voy a poder reunir las familias colombianas tampoco".
Esta situación se enmarca en una controversia mayor sobre Alcocer, quien ha sido objeto de reportajes del diario sueco Expressen que describen un estilo de vida lujoso en Estocolmo. También enfrenta una denuncia por un posible soborno en la compra de aviones Gripen.
Petro ha defendido a su esposa, negando las acusaciones y asegurando que ella no gasta recursos del erario. La crisis ha escalado la tensión diplomática con Estados Unidos y ha llevado a Petro a cuestionar la soberanía del sistema financiero colombiano frente a regulaciones extranjeras.













