
Problemas de movilidad y abastecimiento afectan a Pasto



Un derrumbe de gran magnitud en la Vía Panamericana, a la altura del sector de Rosapamba, en Nariño, ha dejado a la ciudad de Pasto incomunicada con el resto del país. El colapso de una ladera, provocado por las fuertes lluvias de los últimos días, bloqueó por completo el paso vehicular en ambos sentidos, generando una emergencia logística y de movilidad para la región. Ante esta situación, el Ministerio de Minas y Energía activó un plan de abastecimiento con el objetivo de garantizar el suministro de combustibles, gas y alimentos básicos para los habitantes de la capital nariñense. En un esfuerzo coordinado, el Invías, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y la Gobernación de Nariño adelantan labores de remoción de escombros. Sin embargo, las autoridades han advertido que la reapertura de la vía podría tardar varios días debido a la inestabilidad del terreno. El Gobierno Nacional hizo un llamado a la ciudadanía para mantener la calma y evitar el acaparamiento de productos mientras se habilitan rutas alternas. Paralelamente a esta emergencia vial, la ciudad de Pasto vive un debate interno sobre la gestión del tránsito urbano.
Existe una clara división entre los ciudadanos: por un lado, un grupo exige que se aumenten los operativos de control para sancionar a los conductores que no respetan las señales de tránsito ni los espacios peatonales. Por otro lado, otro sector de la población rechaza estas mismas acciones, especialmente cuando la Secretaría de Tránsito procede con la inmovilización de vehículos, lo que refleja un desacuerdo en la forma de abordar el orden en la ciudad.
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