Contrastes en el transporte masivo: mientras Medellín celebra, Bucaramanga lucha por su sostenibilidad



El Metro de Medellín ha lanzado una edición especial de su tarjeta Cívica inspirada en la campaña ‘Made in Medellín – Ciudad Primavera’ del artista J Balvin. Esta iniciativa, que se enmarca en la celebración de los 30 años de operación del sistema, busca resaltar la identidad local e integrar la cultura con la movilidad. La tarjeta conmemorativa, de modalidad eventual, estará disponible para la venta a partir del lunes 24 de noviembre en seis estaciones estratégicas: Niquía, Ayurá, Estadio, San Javier y San Antonio. El costo de cada tarjeta es de 11.500 pesos, se vende sin saldo inicial y se ha establecido un límite de compra de dos unidades por persona para garantizar una mayor distribución entre los usuarios.
Al ser una edición limitada, las autoridades del Metro han recomendado adquirirla pronto.
Esta pieza gráfica, que incluye elementos florales asociados al concepto creativo de J Balvin, permite su uso y recarga habitual en toda la red del sistema, que incluye Metro, Metrocable, Tranvía y Metroplús.
En un marcado contraste, el sistema de transporte Metrolínea de Bucaramanga atraviesa una severa crisis financiera.
Según la Administración Municipal, mantener el servicio operativo representa un “enorme sacrificio financiero”.
Un ejemplo de esto es el costo de traer 12 buses desde Medellín para reforzar la flota, una operación que asciende a cerca de 2.500 millones de pesos. Este valor, si se trasladara al usuario, equivaldría a un pasaje de 41.000 pesos por cada viaje. Sin embargo, la tarifa oficial que se cobra al pasajero es de solo 2.700 pesos, lo que evidencia el profundo déficit entre el costo real de operación y los ingresos generados. La Alcaldía de Bucaramanga asume esta carga presupuestal para garantizar la movilidad urbana y evitar un mayor deterioro del sistema, mientras explora alternativas para aliviar la situación sin afectar directamente a los ciudadanos. El principal reto para la ciudad es sostener la operación de Metrolínea sin comprometer las finanzas municipales.






