menulogo
Noticias Hoy
notifications
Notificaciones
notifications
Sin notificaciones
user
Close

El impacto del sueño y la educación en el envejecimiento cerebral

Mantener la agilidad mental a lo largo de los años no es una cuestión de suerte, sino el resultado de hábitos y factores clave como un descanso adecuado y un alto nivel educativo, que actúan como protectores fundamentales contra el deterioro cognitivo.
News ImageNews ImageNews Image

Diversos estudios confirman que la falta de sueño es un factor determinante que acelera el envejecimiento del cerebro, afectando funciones vitales como la memoria y la concentración. Durante el descanso profundo, el cerebro activa el sistema glinfático, un mecanismo de limpieza que elimina toxinas y desechos acumulados. Cuando el sueño es insuficiente, este proceso se interrumpe, exponiendo a las células neuronales a un mayor daño y dificultando la consolidación de recuerdos y el aprendizaje. A largo plazo, la privación crónica de sueño se asocia con una reducción del volumen de la materia gris, especialmente en áreas críticas como el hipocampo y la corteza prefrontal, responsables de la memoria y la toma de decisiones. Este desgaste, sumado al estrés oxidativo y la inflamación, eleva el riesgo de un deterioro cognitivo precoz y de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.

Los especialistas recomiendan que los adultos duerman entre siete y nueve horas de calidad cada noche, ya que dormir menos de seis horas de forma habitual incrementa significativamente estos riesgos. Para mejorar el descanso, se sugiere mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de acostarse y reducir el consumo de cafeína y alcohol. Por otro lado, la educación se posiciona como uno de los factores de protección más sólidos contra el declive cognitivo. Un estudio realizado en Finlandia con gemelos durante casi medio siglo demostró que las personas con doce o más años de escolaridad obtuvieron mejores resultados en pruebas mentales de memoria y fluidez verbal después de los 90 años. Aunque el estudio exploró otras variables como la hipertensión y la actividad física en la mediana edad, los resultados no fueron concluyentes y la educación se mantuvo como el predictor más robusto de una buena salud cerebral en la vejez, lo que sugiere que contribuye a una mayor reserva cerebral.

Artículos

7
categoryVer categoría completa