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Investigación a jueza de Caquetá por videos en TikTok

La investigación disciplinaria contra una jueza de Caquetá por publicar videos de baile en TikTok ha desatado un debate nacional sobre los límites entre la vida privada de los funcionarios públicos y el decoro que exige su cargo.
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Marienela Cabrera Mosquera, Jueza Cuarta Penal del Circuito de Florencia, Caquetá, enfrenta un proceso disciplinario iniciado por la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, seccional Caquetá. La investigación se originó a raíz de denuncias anónimas y de dos ciudadanos que argumentan que los videos que ella publica en redes sociales como TikTok, donde aparece bailando, cantando y mostrando atuendos, “atentan contra la moral de la profesión judicial” y afectan la imagen de la institución. La jueza Cabrera ha rechazado enfáticamente las acusaciones, defendiendo su derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Sostiene que los videos son un pasatiempo personal, grabados en su vivienda y fuera del horario laboral, por lo que no interfieren con su desempeño profesional, el cual, según afirma, mantiene altos niveles de eficiencia. Califica el proceso como un “juicio moral” sin fundamento legal y una forma de persecución con un posible sesgo de género. La controversia escaló cuando se le ordenó la incautación de su teléfono celular, a lo que ella se negó, lo que resultó en la apertura de un segundo proceso por divulgar información reservada. El caso ha trascendido el ámbito personal para convertirse en un debate nacional sobre la vida privada de los funcionarios públicos. El penalista Iván Cancino ha calificado la situación como insólita, sugiriendo que la queja prosperó debido a un posible sesgo de género, ya que los videos no podrían considerarse vulgares. La historia personal de la jueza, marcada por la violencia del conflicto armado, ha sido destacada como la fuente de su fortaleza para enfrentar esta situación.

Cabrera Mosquera ha manifestado que no será intimidada ni silenciada y que no encajará en “moldes machistas”.

Su caso pone de manifiesto la tensión entre la autonomía personal en la era digital y las expectativas de conducta para quienes ocupan cargos en la Rama Judicial.

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