Deudas de Nueva EPS provocan colapso en cadena del sistema de salud colombiano



El sistema de salud colombiano atraviesa una grave crisis financiera que afecta directamente la prestación de servicios en varias regiones, principalmente por el incumplimiento en los pagos por parte de la Nueva EPS. Hospitales en Caldas, Norte de Santander, Cauca y Antioquia han reportado situaciones críticas que van desde la suspensión de la atención hasta el colapso de sus capacidades operativas. En Aranzazu (Caldas), el Hospital San Vicente de Paúl anunció la suspensión de varios servicios a los afiliados de la Nueva EPS a partir del 27 de octubre, argumentando la falta de pagos y la ausencia de conciliación de deudas. De manera similar, en Cúcuta, el Hospital Universitario Erasmo Meoz enfrenta una crisis por una deuda que supera los 80 millones de pesos, lo que ha generado sobrecarga en urgencias y falta de insumos. Sindicatos de la institución evalúan un cierre temporal y convocaron a una protesta para el 28 de octubre. Un caso que refleja la complejidad de la situación es el de la Clínica Somer en Rionegro (Antioquia). Tras haber suspendido los servicios el 16 de octubre a más de 144.000 afiliados por una deuda superior a los 100.000 millones de pesos, la clínica decidió reabrir la atención el 23 de octubre. Esta medida se tomó después de alcanzar acuerdos con directivos de la EPS en Bogotá, aunque la institución advirtió que la continuidad del servicio dependerá del cumplimiento de dichos pactos, ya que la situación financiera sigue siendo compleja. El impacto de esta crisis sistémica se evidencia también en Popayán, donde el Hospital Universitario San José declaró el colapso de su servicio de urgencias.
La alta demanda de pacientes superó la capacidad instalada, obligando a la institución a priorizar únicamente las emergencias vitales. Esta situación demuestra cómo las presiones financieras y operativas están llevando a los centros de salud al límite, afectando directamente el derecho a la salud de miles de ciudadanos.


