
Tensiones y exclusiones en el acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamás
Como parte de un acuerdo de alto el fuego, Israel liberó a 1.968 prisioneros palestinos, de los cuales 1.718 habían sido detenidos en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí. Sin embargo, la liberación ha generado controversia debido a la exclusión de figuras políticas y sociales de alto perfil, lo que ha suscitado críticas sobre los criterios de selección. Organizaciones palestinas denunciaron que muchas de las detenciones fueron arbitrarias, bajo la figura de detención administrativa, y que los prisioneros sufrieron torturas. La ausencia más notable es la de Marwan Barghouti, líder histórico de Fatah condenado a cinco cadenas perpetuas y considerado un potencial sucesor de Mahmud Abás. Su exclusión es vista como un intento de Israel por evitar la liberación de figuras con capacidad de unificar a las facciones palestinas.
Tampoco fue liberado el doctor Hussam Abu-Safiya, director del hospital Kamal Adwan, cuya detención ha sido condenada por organizaciones como Amnistía Internacional.
Otros líderes que permanecen en prisión incluyen a Ahmed Saadat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), y a altos mandos de Hamás como Hasam Salama, Abbas Al-Sayyed e Ibrahim Hamed, todos con múltiples cadenas perpetuas.
El intercambio de cuerpos también ha sido un punto de alta tensión. El ejército israelí confirmó que uno de los cuatro cadáveres entregados por Hamás no correspondía a ninguno de los rehenes desaparecidos. Este hecho provocó la indignación de la ultraderecha israelí, cuyo ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, exigió detener el flujo de ayuda humanitaria a Gaza. En contraparte, funcionarios del Complejo Médico Nasser denunciaron que los cuerpos de palestinos devueltos por Israel llegaron con signos de maltrato, como esposas en manos y piernas y heridas de bala.
Estas tensiones han afectado directamente la ayuda humanitaria.
Israel amenazó con reducir a la mitad el flujo de suministros y cerró temporalmente el cruce de Rafah como represalia por los retrasos en la entrega de cuerpos, aunque posteriormente lo reabrió. Mientras tanto, la ONU estima que la reconstrucción de Gaza, devastada tras dos años de conflicto, costará al menos 70.000 millones de dólares y tardará décadas.


