Estados Unidos designa al Clan del Golfo como organización terrorista extranjera

El Gobierno de Estados Unidos ha designado formalmente al Clan del Golfo, la mayor banda criminal de Colombia, como una Organización Terrorista Extranjera, una medida que endurece la postura internacional contra el grupo y reconfigura el panorama de seguridad regional.

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este martes 16 de diciembre la designación oficial del Clan del Golfo como Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés) y como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT). Esta clasificación es considerada una de las sanciones más severas contempladas en la legislación estadounidense y busca intensificar los esfuerzos para interrumpir las actividades del grupo, que obtiene la mayor parte de sus recursos del tráfico de cocaína para financiar ataques contra funcionarios públicos, fuerzas del orden, militares y civiles. La medida implica la imposición de sanciones económicas más estrictas, el congelamiento de activos y mayores facultades para perseguir las redes financieras y logísticas de la organización tanto en Colombia como en el extranjero. Con esta designación, Washington amplía su capacidad para limitar los desplazamientos de los miembros del grupo y fortalecer la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado. El secretario de Estado aseguró que se emplearán todas las herramientas disponibles para frenar el narcotráfico y proteger la seguridad nacional de EE.

UU.

Esta decisión se produce en un momento clave para la política de “paz total” del Gobierno colombiano, que busca diálogos y sometimientos colectivos con grupos armados. Analistas y expertos en seguridad señalan que la designación podría limitar el margen de maniobra del Ejecutivo colombiano en eventuales acercamientos con el Clan del Golfo, también reconocido por el Gobierno como Ejército Gaitanista de Colombia. La medida redefine el escenario del conflicto y obliga a fortalecer la cooperación judicial y militar con Washington bajo un enfoque más punitivo, generando un debate sobre cómo equilibrar los esfuerzos de negociación con las exigencias internacionales.