De la plaza de mercado al lujo japonés: La diversa y aclamada oferta gastronómica de Colombia



La gastronomía colombiana se destaca por su diversidad y creciente prestigio tanto a nivel local como internacional.
Recientemente, una guía de viajes de renombre seleccionó los 10 mejores restaurantes del país, y una ciudad colombiana fue incluida en un listado de los 26 mejores destinos del mundo para viajar en 2026, en parte gracias a su valor gastronómico. Este reconocimiento se extiende más allá de las capitales, como lo demuestra el caso de un restaurante en un pueblo de Santander, creado por un chef bogotano, que ha logrado posicionarse entre los mejores de Colombia. En el segmento de la alta cocina, Bogotá alberga propuestas sofisticadas como el restaurante Salvaje, del Grupo Salvaje, que ofrece una experiencia de lujo centrada en la cocina japonesa de autor. Bajo la dirección del chef Fermín Azkue, quien tiene experiencia en cocinas con estrellas Michelin, el restaurante fusiona técnicas ancestrales con ingredientes locales.
La carta presenta una amplia variedad de opciones con precios que van desde sushi entre $39.600 y $100.000, hasta platos de robata que pueden alcanzar los $550.000. Con sedes en ciudades como Madrid, Miami y Dubái, y próximas aperturas en Cartagena y Barranquilla, Salvaje ha lanzado recientemente una línea de domicilios, Toro by SLVJ Delivery, para hacer más accesible su sushi de alta calidad. En contraste con la exclusividad de la alta cocina, surgen iniciativas que buscan resaltar los sabores tradicionales y el producto local. La Gran Central de Abastos de Bogotá (Corabastos), reconocida como la despensa más grande de Colombia y la segunda de Latinoamérica, ha inaugurado una ruta gastronómica gratuita. Ubicada en la localidad de Kennedy, esta iniciativa permite a los visitantes realizar un recorrido guiado para conocer el funcionamiento de la plaza, su diversidad de productos y degustar platos típicos de diferentes regiones del país, preparados con ingredientes frescos de productores y campesinos locales. Esta propuesta consolida a Corabastos no solo como un centro de comercio, sino también como un destino cultural y culinario en el corazón de la capital.














