
Conservación de ecosistemas y fauna en Colombia



En el ámbito urbano se destacan intervenciones para la protección de ecosistemas. En Medellín, la Alcaldía ejecutó obras en el humedal Francisco José de Caldas, ubicado en el Jardín Botánico, para controlar la erosión en 67 metros de sus orillas mediante una técnica sostenible.
Este proyecto, respaldado por estudios técnicos, busca preservar el hogar de numerosas especies.
Por otro lado, en Rionegro, la Administración Municipal realizó una intervención forestal en la glorieta de Somer, donde se talaron árboles de la especie introducida Tulipán Africano que, según estudios, representaban un riesgo. La medida, que contó con permisos de la autoridad ambiental Cornare, será compensada con la siembra de 400 árboles nativos. La conservación de grandes cuerpos de agua es fundamental para el equilibrio ambiental. Los humedales que rodean el río Bogotá desempeñan un papel clave en la filtración de contaminantes y la regulación de los flujos hídricos. En este contexto, y con motivo del Día Mundial de los Lagos, se resalta la importancia del Lago de Tota en Boyacá, el más grande de Colombia. Este ecosistema alberga una gran biodiversidad, incluyendo especies nativas en peligro crítico como el bocachico de Tota. A pesar de enfrentar desafíos como la contaminación agrícola, autoridades como Corpoboyacá, en colaboración con universidades, implementan programas de conservación que incluyen el control de la pesca y la restauración de humedales. La protección de la fauna silvestre también es una prioridad. En la región Caribe, unidades de la Armada de Colombia lograron la recuperación de más de 75 ejemplares de fauna en coordinación con autoridades ambientales y la Policía Nacional. Paralelamente, se promueve el turismo responsable como una forma de valorar la riqueza natural del país. Destinos como los Llanos de Casanare son presentados como un lugar ideal para el avistamiento de chigüiros, venados y caimanes en su hábitat.
Se enfatiza la importancia de realizar estas actividades de manera ética, manteniendo la distancia con los animales, evitando alimentarlos y eligiendo operadores turísticos comprometidos con la conservación.
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