Inteligencia Artificial: El Motor de la Transformación Global que Define el Presente y Futuro



El impacto de la inteligencia artificial (IA) fue tan significativo en 2025 que la revista 'Time' designó a sus “arquitectos”, entre ellos los directores ejecutivos de OpenAI y Nvidia, como 'Persona del Año', reconociendo su rol en el desarrollo de esta tecnología y advirtiendo sobre sus peligros. Este reconocimiento refleja una realidad palpable en diversas latitudes, como en Colombia, donde la IA dejó de ser una herramienta complementaria para convertirse en el eje estructural de sectores como finanzas, salud y logística. El país se posicionó en 2025 como uno de los pioneros en la región en adopción y gobernanza de IA, impulsado por una creciente formación de talento y una robusta infraestructura de centros de datos. De cara a 2026, las proyecciones indican una profundización de esta tendencia. Microsoft anticipa que la IA evolucionará para convertirse en una colaboradora activa del ser humano, amplificando sus capacidades en áreas como la investigación científica, la salud con sistemas de diagnóstico avanzado, y el desarrollo de software. En el ámbito empresarial, la experiencia del cliente (CX) se transformará hacia un modelo anticipativo, donde la analítica predictiva y la IA conversacional con identidad regional permitirán conectar emocionalmente con los usuarios. Se espera que la inversión en IA, que superará los 500.000 millones de dólares a nivel global, se vuelva ineludible para la competitividad. Sin embargo, la adopción acelerada de la IA presenta un panorama de amenazas complejo. La firma de ciberseguridad A3Sec advierte que esta tecnología es un “arma de doble filo”, ya que mientras fortalece las defensas digitales, también es utilizada por ciberdelincuentes para perfeccionar sus ataques. En 2025, los ataques que suplantan herramientas de IA para distribuir malware aumentaron un 115 %.
Amenazas como la ingeniería social generada por IA y el malware polimórfico son cada vez más sofisticadas.
Por ello, las organizaciones deberán implementar estrategias de IA defensiva, como SOCs aumentados y analítica predictiva, para desarrollar resiliencia frente a un entorno de riesgo en constante evolución.









