Dos caras del sector energético: Canacol se reestructura para sobrevivir mientras Promigas acelera su expansión renovable

El sector energético colombiano es testigo de dos movimientos estratégicos cruciales que redefinen el futuro de sus principales actores. Mientras la gasífera Canacol Energy asegura una financiación vital para su reestructuración y posible venta, el conglomerado Promigas da un paso transformador al adquirir un vasto portafolio de energías renovables en Latinoamérica.

La compañía canadiense Canacol Energy ha suscrito un acuerdo con un grupo de tenedores de bonos para obtener una financiación de deudor en posesión (DIP) por 45 millones de dólares, con capacidad para emitir 22 millones adicionales en cartas de crédito. Estos recursos se destinarán a financiar sus operaciones y los costos de reestructuración mientras se encuentra bajo el amparo de la Ley de Acuerdos de Acreedores de Compañías (CCAA) de Canadá. La negociación de sus acciones permanece suspendida desde el 17 de noviembre de 2025 y se enfrenta a un proceso de desliste en la Bolsa de Toronto, con posibles repercusiones en los mercados de Estados Unidos y Colombia. El financiamiento, que tendrá carácter de superprioridad sobre los activos de la compañía, respaldará un proceso de venta y solicitud de propuestas de inversión. El desembolso se realizará en dos tramos, sujeto a la aprobación de cortes en Canadá, Estados Unidos y el reconocimiento en Colombia. Este movimiento se produce en un contexto donde previamente se había revelado un acuerdo de confidencialidad entre Canacol y Ecopetrol para evaluar una eventual negociación. En un rumbo diferente, Promigas ha anunciado la compra de todos los proyectos de energía renovable a gran escala de Zelestra en Colombia, Perú y Chile, marcando su entrada de lleno en este segmento. Aunque el monto de la transacción es confidencial, esta representa un hito en su estrategia para consolidarse como un holding multienergético. La adquisición le permitirá a Promigas incorporar 1,4 gigavatios contratados a largo plazo y un portafolio de 2,1 gigavatios en desarrollo, incluyendo más de 1.000 megavatios en proyectos de almacenamiento de energía en baterías, principalmente en Chile. Con esta operación, Promigas proyecta que la participación de sus negocios no regulados en los ingresos antes de impuestos y amortizaciones (Ebitda) aumente del 18 % al 33 %, fortaleciendo así su perfil crediticio y diversificando su presencia geográfica en la región.