Bogotá: entre la percepción de inseguridad récord y un sorprendente optimismo ciudadano

La percepción de inseguridad en Bogotá ha alcanzado su nivel más alto en 17 años, según una reciente encuesta que, paradójicamente, también revela un creciente optimismo entre los habitantes sobre el futuro de la capital.

La Encuesta de Percepción Ciudadana 2025, realizada por Bogotá Cómo Vamos, revela una compleja realidad en la capital colombiana. El principal foco de preocupación para los ciudadanos es la seguridad, ya que un 62 % de los encuestados considera que la ciudad es insegura, la cifra más alta registrada desde 2008.

Este sentimiento se extiende a los barrios, donde el 43 % de las personas también se sienten inseguras.

Factores como la criminalidad recurrente, los robos, los homicidios y la desconfianza en la justicia han mermado la confianza ciudadana. A pesar de este panorama, los resultados muestran un notable aumento en los sentimientos positivos hacia Bogotá. La satisfacción de vivir en la ciudad subió al 61 %, el orgullo se mantuvo en un 57 % y el optimismo alcanzó el 48 %, lo que representa un incremento de nueve puntos en comparación con 2024. Esta afección por la ciudad, sin embargo, no se traduce en un respaldo a la gestión gubernamental. La aprobación de la administración distrital cayó del 42 % al 26 %, y aunque la confianza en la Alcaldía subió ligeramente al 17,7 %, sigue siendo considerablemente baja. Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el optimismo de la población joven. A pesar de enfrentar una percepción de inseguridad más aguda, el 59 % de los jóvenes cree que Bogotá va por buen camino, una cifra once puntos por encima del promedio general.

Además, este grupo muestra una mayor disposición a la acción cívica, con un 42 % dispuesto a denunciar delitos, y una alta valoración por la movilidad sostenible, como la bicicleta (92 %) y la caminata (87 %). En cuanto a la movilidad, el sistema TransMilenio presenta resultados mixtos. Si bien los usuarios notaron una mejora en los tiempos de viaje, con una reducción en la percepción de demora del 49,2 % al 32,1 %, la insatisfacción general persiste. Los principales problemas siguen siendo los robos dentro del sistema (63,7 %), la congestión (66,4 %) y la frecuencia de los buses (28,1 %).