Diabetes: Entre el subdiagnóstico y el riesgo silencioso de la enfermedad renal

La diabetes presenta desafíos significativos que van más allá del control del azúcar en la sangre, incluyendo un alto porcentaje de casos sin diagnosticar y el grave riesgo de desarrollar complicaciones severas como la enfermedad renal crónica.

Un problema alarmante en torno a la diabetes tipo 2 es el subdiagnóstico, ya que se estima que el 40 % de los pacientes no saben que viven con esta condición. Para hacer frente a esta situación, iniciativas como la impulsada por Splenda promueven el uso de tests para identificar los riesgos a tiempo. Una de las complicaciones más graves asociadas a la diabetes es la enfermedad renal crónica (ERC), la cual afecta hasta al 40 % de las personas con esta patología. Según el Dr. Ivan Porter II, nefrólogo de Mayo Clinic, los niveles elevados de glucosa en la sangre son tóxicos para los vasos sanguíneos de los riñones, lo que provoca cicatrización, fibrosis y, finalmente, un deterioro de su función.

Aunque tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 pueden causar ERC, la tipo 2 es la causa más común. A su vez, el deterioro de la función renal puede agravar una diabetes preexistente. La enfermedad renal crónica a menudo avanza de manera silenciosa y se diagnostica en etapas avanzadas. Se clasifica en cinco estadios según la tasa de filtración glomerular (TFG), que mide la capacidad de los riñones para filtrar desechos.

El estadio 5, o insuficiencia renal terminal, requiere diálisis o un trasplante de riñón para sobrevivir. El riesgo de desarrollar esta complicación aumenta con el tiempo que se ha padecido diabetes y el deficiente control de los niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, es posible reducir el riesgo.

Los expertos enfatizan la importancia de un control riguroso de la diabetes mediante medicación, una rutina de alimentación saludable que incluya fruta entera, ejercicio físico y el manejo de otros factores como el estrés. Prevenir el sobrepeso, mantenerse activo y limitar el consumo de alcohol son medidas clave para evitar la diabetes tipo 2.

Paralelamente, la comunidad científica continúa buscando mejores tratamientos, como nuevas formas de administrar insulina por la piel sin necesidad de inyecciones, una alternativa que está siendo investigada en países como China.