Sus hijos también se unieron a la festividad con sus propios atuendos: Milan se disfrazó de conejo y Sasha de vampiro. Las fotografías y videos del momento se viralizaron rápidamente, generando miles de comentarios que elogiaban la sencillez de la artista y su capacidad para priorizar su rol como madre. Muchos usuarios en redes sociales destacaron el contraste entre su estatus de superestrella global y la naturalidad con la que disfrutó de una tradición como cualquier otra ciudadana. Este episodio recordó a muchos su hazaña durante el Carnaval de Barranquilla de 2025, cuando también logró mezclarse entre la gente disfrazada de “la muerte”, demostrando nuevamente su habilidad para disfrutar de momentos cotidianos lejos del asedio mediático.