El enfrentamiento, que congregó a más de cuatro millones de espectadores en línea y 30.000 asistentes presenciales, terminó abruptamente cuando Calderón se retiró del ring tras recibir varios golpes de Valdiri, lo que generó frustración y críticas generalizadas. En respuesta, Westcol se pronunció en su canal de ‘stream’, donde descartó tomar acciones legales por incumplimiento de contrato. “En cuanto a demanda, esa vieja... yo quiero estar lejos de ella. No quiero volver a verla (...) y demandarla significa tenerla cerca”, afirmó el creador de contenido, añadiendo: “Por 50 millones, prefiero que se los gaste en su mecatico.
Yo prefiero mi paz mental, brother”.
Por su parte, Yina Calderón ha ofrecido su versión de los hechos, asegurando que se sintió emboscada y que aún se le adeuda un pago de 30 millones de pesos.
Además, denunció haber recibido amenazas y responsabilizó a Westcol por incitar al odio en su contra.
“Ese día se le cayó la máscara, me di cuenta de que ese tipo no me quería”, expresó en redes sociales, defendiendo que su participación fue clave para el éxito del evento.
La disputa ha dividido opiniones y pone de manifiesto las complejidades contractuales y personales detrás de los grandes espectáculos del entretenimiento digital.








