La reacción del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) fue inmediata tras el escándalo.

La entidad confirmó la realización de operativos de registro y control en el pabellón, donde se decomisaron “una nevera, dos ETM marca CORN y ZTE sin IMEI visible, cinco audífonos, dos baterías, 14 cargadores para ETM y siete chuzos de fabricación artesanal”. El INPEC anunció el traslado de los internos identificados en las imágenes a otros centros carcelarios y la apertura de una investigación interna por posibles actos de corrupción que habrían permitido el ingreso de los elementos prohibidos. Este incidente ha reavivado el debate sobre el control efectivo dentro de las prisiones y el uso de celulares por parte de los reclusos para coordinar actividades delictivas como la extorsión.