Un incidente en el reconocido restaurante Andrés DC en Bogotá, donde una máquina de humo falló y causó quemaduras a varios comensales, ha generado una amplia discusión en redes sociales y medios de comunicación. El suceso reabre el debate sobre los protocolos de seguridad en establecimientos de entretenimiento y la respuesta de las marcas ante emergencias. El pasado 5 de septiembre, durante el servicio nocturno en la sede de la calle 82, una máquina de humo presentó una “falla técnica inesperada” y expulsó partículas incandescentes y una sustancia descrita por los afectados como un “ácido”. El incidente dejó entre nueve y diez personas con quemaduras de primer y segundo grado en rostro, espalda, cuero cabelludo y otras partes del cuerpo, además de causar daños en sus prendas de vestir.
Entre los heridos se encontraban ciudadanos extranjeros.
Tras la viralización de los hechos, Andrés DC emitió un comunicado en el que lamentó lo ocurrido, ofreció disculpas y aseguró que los afectados recibieron atención médica inmediata.
Como medida preventiva, la empresa suspendió el uso de equipos similares hasta completar una “revisión técnica exhaustiva”. Sin embargo, esta versión fue cuestionada por algunas víctimas, como la doctora Andrea Rozo, quien afirmó que la atención fue precaria y que el personal del restaurante inicialmente restó importancia a la gravedad de las lesiones. Un comensal relató que la primera respuesta del personal fue: “no se preocupen que nosotros les pagamos la ropa”. Este suceso reavivó la memoria de un incidente similar ocurrido en agosto de 2024 en la sede de Chía, donde la bailarina Laura Villamil sufrió quemaduras graves durante un espectáculo con fuego. La repetición de accidentes ha intensificado las críticas sobre las medidas de seguridad del establecimiento, llevando a que el secretario de Gobierno de Bogotá anunciara una inspección de vigilancia al local.
En resumenEl incidente en Andrés DC, donde una máquina de humo defectuosa hirió a varios clientes, ha generado indignación pública y un escrutinio sobre los protocolos de seguridad del restaurante. Aunque la empresa se disculpó y suspendió el uso del equipo, los testimonios de las víctimas ponen en duda la respuesta inicial del establecimiento y recuerdan fallas de seguridad previas, lo que ha motivado la intervención de las autoridades distritales.