Esta medida afecta directamente a municipios en departamentos como Antioquia, donde estas prácticas tienen un fuerte arraigo.

Inicialmente, se generó confusión al incluir por error a las cabalgatas en la prohibición, pero la Corte aclaró posteriormente que estas no estaban incluidas en la restricción, aunque los activistas han manifestado su intención de continuar buscando su prohibición a través de otros proyectos de ley. La decisión representa un cambio cultural significativo, redefiniendo la relación de la sociedad colombiana con prácticas que implican sufrimiento animal.