Las imágenes, grabadas por un ciudadano, mostraban a varios ratones recorriendo libremente las instalaciones del restaurante, lo que generó una ola de indignación y preocupación por los posibles riesgos para la salud pública. La rápida difusión del video en distintas plataformas digitales actuó como un catalizador, llevando a la Secretaría de Salud de Bogotá a realizar una inspección de urgencia en el local. Durante la visita, los funcionarios encontraron pruebas contundentes que corroboraban la denuncia: hallaron excrementos de roedores, productos contaminados y alimentos parcialmente consumidos por plagas, además de otras deficiencias en el manejo de alimentos. Ante el grave riesgo para los consumidores, la autoridad sanitaria ordenó la clausura inmediata del establecimiento y procedió a desnaturalizar los alimentos contaminados para evitar su comercialización.
El restaurante ahora enfrenta procesos administrativos e investigativos para determinar responsabilidades y posibles sanciones.
La Secretaría de Salud aprovechó el caso para exhortar a los establecimientos de comida a reforzar sus controles sanitarios y programas de control de plagas. Aunque la respuesta de las autoridades fue celebrada por los usuarios en redes, el episodio también generó un debate sobre la necesidad de realizar más inspecciones preventivas y no solo reactivas, evidenciando la importancia de fortalecer la vigilancia para garantizar la salubridad en la industria gastronómica.