Las dificultades para consolidar coaliciones y definir candidatos únicos marcan el panorama preelectoral, evidenciando profundas divisiones internas y egos que podrían beneficiar al candidato del petrismo.
La propuesta del abogado Abelardo de la Espriella de realizar una medición antes del 10 de diciembre para escoger un candidato único de la oposición ha sacudido el tablero político. La iniciativa, calificada como "generosa" por el expresidente Álvaro Uribe, recibió el respaldo de figuras como María Fernanda Cabal, pero también generó escepticismo y contrapropuestas. Vicky Dávila, por ejemplo, se mostró a favor de una medición pero sin la participación de De la Espriella, mientras que Germán Vargas Lleras, aunque apoya la urgencia de la unidad, duda que se logre por "el espejismo de que todos pueden ganar". Esta pugnacidad refleja la complejidad de alinear a una diversa gama de aspirantes, donde, como señala un análisis, la derecha debe decidir si quiere "gobernar" con un perfil como Vargas Lleras o "reafirmar su identidad" con De la Espriella. Una encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) refleja este panorama incierto, situando a Iván Cepeda (Pacto Histórico) con un 20,9% de intención de voto, seguido por Abelardo De La Espriella con 14,4% y Sergio Fajardo con 7,8%, pero con un alto porcentaje de indecisos y personas que no votarían por ninguno. La conclusión general es que si los bloques de izquierda, centro o derecha llegan divididos a la primera vuelta, "es seguro que pierden", configurando una dinámica de "matrimonios forzados" donde la viabilidad electoral choca con las identidades ideológicas.











