El presidente Petro asumió personalmente la responsabilidad de estas operaciones, reconociendo el riesgo de afectar a menores reclutados. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, destacó que se han neutralizado a más de 4,000 integrantes de grupos armados en lo que va del año, una de las cifras “más altas en los últimos años”. Sin embargo, expertos en seguridad y analistas cuestionan la falta de una estrategia clara para frenar el crecimiento y el control territorial de estas organizaciones.

Ángela Olaya, de la Fundación Core, señala que los bombardeos pueden matar a muchos combatientes, en su mayoría jóvenes recién reclutados, pero no logran “desestructurar los grupos”.

La analista Elizabeth Dickinson, del International Crisis Group, coincide en que falta una estrategia para disputar el control territorial más allá de las operaciones puntuales. La ofensiva actual, centrada en golpear cabecillas y atacar rentas ilegales, se asemeja a las políticas de gobiernos anteriores, pero se desarrolla en un contexto de relaciones tensas con Estados Unidos, un aliado clave en materia de seguridad e inteligencia.